martes, 1 de marzo de 2011

LA MUJER DURANTE LA II REPÚBLICA ESPAÑOLA

Durante la Restauración la mujer  era instruida en aras a la procreación y sumisión masculina. Las corrientes de pensamiento feministas europeas, penetraron en España, concluida la I Guerra Mundial, propiciando, veladamente, una transformación cultural progresista, que lentamente permitieron a las mujeres, introducirse en las estructuras socio-políticas del país.

La II República española se proclamó el 14 de abril de 1931, ésta se erigió con una intención preeminente; aunar, consensuar y cohesionar las diversas realidades sociales. El gobierno promulgó leyes en relación a la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, el máxime se materializa con la aprobación del derecho al voto, 1 de octubre de 1931, gracias a la ardua lucha que mantuvo Clara Campoamor (del partido reformista) frente a Victoria Kente (ultra-conservadora).

Los privilegios, hasta el momento, eran en exclusividad monopolio del sexo masculino, las leyes elevan la función histórica otorgadas a las mujeres, y las sitúan en un nivel conceptual igual al masculino. El Estado reconoce, el trabajo femenino, la equiparación salarial con los hombres, la baja maternal, se deroga la ley por despido al contraer matrimonio, se decreta la obligatoriedad de la adquisición de un seguro que garantizará el cobro de una remuneración económica por baja maternal.

Se fomentó la alfabetización femenina mediante la creación de escuelas nocturnas, que iniciaban sus clases, al término del horario laboral. La constancia de las mismas, su esfuerzo reiterado, minimizó a cifras ínfimas el analfabetismo femenino.

“La Generalitat” catalana, cuya política siempre se imbuía de corrientes progresistas británicas, aprobó leyes, que liberaban a las mujeres de cualquier represión sexual, se introduce de este modo, un inédito significado del goce, la procreación es una de las consecuencias, no la principal finalidad, mediante la posibilidad de adquirir y suministrar anti-conceptivos, despenalizando el aborto y la prostitución reglamentada.

El acceso a la universidad, de la mujer,  sin necesidad de disfrazarse de hombre, le concede una posición hasta entonces impensable, para transformar el panorama colectivo, de una sociedad española muy empobrecida en conocimientos científicos y culturales.

Este proceso lento, duro y aperturista, se prolongó durante seis años (1931-1936). Se destruyó, ipso facto, durante los cuarenta años de dictadura franquista.




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